domingo, 4 de junio de 2023

A casi 40 años de luz

– I.O.N.S.I., Buenos días. Me gustaría escribir en el cuaderno de bitácora.

– Buenos días capitan. Abriendo archivo en fecha estelar 82 011.20.

«Buenas compañer@s, conocidos en directo y en diferido.

Este año es raro de Carl Owen Jones.

3s s4b12 que podemos hacer que el cerebro entidad con poca información.

Pero las personas siguen siendo tozudas.

...

Qué se me va la pinza.

En serio.

Este año, todo aquel que haya iniciado algo, se lo ha cortado la panadería de COVID-19.

¿Leíste pandemia aunque el correcto puso otra palabra?

Son muchas las alas de Ícaro derretidas al Sol y mojadas en el mar (esta otra parte no se cuenta muchas veces)

Son interesantes los resultados de las derramas y derrotas que se reciben tras intentarlo (nunca recibes lecciones de no intentarlo), y no vale el capitán a posteriori.

Me encanta saber cómo están mis amig@s.

¡Qué les va bien! Aún tópico pero bueno.

¡Qué han sufrido y superado! Mejor aún, "lecciones compartidas son más educativas".

(Pareado asonante)

Escribí como válvula de escape de mis dilemas y divagaciones.

Las he guardado desde mis 14 años (amores platónicos) hasta lo he publicado en blogs en forma de space opera (relatos de ciencia ficción).

Ahora mismo estoy probando por este medio primero (lo pondré también en el blog)

Cada edad trae una mente distinta, y una mentira placeba de la realidad que tenemos.

¿Cuál es el consejo que puede dar una persona a otra sobre hij@s si este no a tenido descendencia aún? Por la cosa de "comerás dos huevos cuando seas padre"

Pero según están las cosas, prefieres que sea el hijo que los coma y uno ayune para eliminar la barriguita que creo en bonanza.

La edad trae gustos distintos. Ya no de pasar al vino y dejar la cerveza, sino de leer al autor que en el instituto te parecía un peñazo.

Poniendo un ejemplo, los hermanos Bécquer.

Sí, hermanos, sevillanos y ya los quisiera fichar la revista "el jueves".

Gustavo con sus rimas, y el otro (no mencionado en ningún libro) con sus caricaturas, desnudaron a la reina Isabel II de Borbón y su consorte que en cuclillas orinaba.

Son esos momentos en los que a casi los 40, a dos años vista, y con la visita de las canas en el espejo, uno dice:

"Joder que peñazo parecía el Quijote, y lo que se parece a mi vida ahora"

"No se puede entender a García Lorca, si no has visto el prejuicio a lo diferente en la sociedad actual y lo que había más antes"

"Las campanas redoblan para unos, para otros les repicaron los oídos"

"Casablanca en versión original lucha con la República española, en doblaje contra ella"

...

Es esa experiencia que se adquiere y engacha, queriendo más.

Lo que estoy escribiendo ahora mismo, a pausas entre sabor tostado y caramelo de una cerveza negra, es esa válvula de escape de ese estrés acumulado por querer cambiar el mundo ¡YA! y verse frustrado por los que se rindieron en segir la ilusión que de niñ@s seguro cultivaron y por la inviolabilidad propia o de otros se la frustraron.

Me despido con un gracias por leer.

Y con un abrazo fuerte para tod@s.»

–  I.O.N.S.I. fin del diario de hoy. ¿Para cuando el siguiente? Para breve, pues el fijar pensamientos hace que en el futuro se vea el cambio.

El Latido Cósmico

De los restos de una Nova nacería este conjunto de nuevas estrellas. Algunas ya moribundas, algunas en media edad, otras con toda la vida por delante.
Las fuerzas gravitacionales hicieron el resto y dos estrellas se juntaron.
No era la primera vez que les pasaba, ya sendos reactores nucleares, de helio la primera y de hidrógeno la segunda, habían hecho vibrar el tejido espacio-tiempo en otras ocasiones, pero levemente.
Esta ocasión era especial, la de helio hacía un eon que agotó si primer combustible, a la de hidrógeno le quedaba un eon por terminarlo. Casi iguales de edad a escala del universo.
La danza conjunta dió dos tirones gravitacionales desgarrando materiales de sus cortezas, materiales de la nube gaseosa también se vieron afectados y se congregaron a su alrededor. Una danza tan antigua como el universo hizo que los fragmentos cayeran por el tejido espacio-tiempo y se fueran agregando.
Primero nacería de ese agregado cósmico un planeta que entraría a rotar en el punto intermedio de las dos estrellas.
Pero aún faltaban ladrillos entre las escaleras y dió lugar a un nuevo planeta que entraría a jugar con las órbitas dibujando un vaivén entre los 3 cuerpos celestes.
Ese tira y afloja del nuevo cuerpo gaseoso hacía las veces de nuevas sacudidas en el tejido espacio-tiempo, que como olas en el mar trae o se llevan materiales a la playa.
Pero la estrella hélica quería seguir brillando con luz propia y sin embargo también quería saber si el resto la seguíamos, eso iba más por el celeste hidrogénico.
Sabía que algún día los dos cuerpos gaseosos podrían salir del sistema y crecer a nuevas estrellas o desarrollar sus propias lunas y seguir de cerca la estela de algún progenitor.